jueves, 11 de agosto de 2011

Mi cabeza intacta en aquel cabello ondulado; empieza la travesía
Me deslizo por sus labios secos y mi cuerpo cae en un terciopelo acolchonado.
Si pudiera volar, el cielo sería mi hogar, y viviría con las golondrinas.
Atravieso pasillos, luces, ruinas y timbres, y mi mente...
Mi mente
se encuentra apartada con las melodías del reflejo
De aquellos labios salados que rozan mi cara.
Añoro tu valentía y me estremesco al pensar que estubiste acá alguna vez...

Irradiando diamantes y olas sin tensión.
El lujo y el interés me hacen invisible, me hundo en pensamientos y el viento...
Ya no aguarda por mí.

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